ANA PARDO DE VERA*
Público es
Un vomitador de bulos, Alvise (Se Acabó la Fiesta, su cosa), ha conseguido más votos en España que Podemos; los mismos escaños que Sumar y que la coalición plurinacional de Ahora Repúblicas (ERC, EH Bildu, BNG y Ara mès) De los 61 escaños que correspondían a España de los 720 del Parlamento Europeo, 9 asientos los suman la ultraderecha española franquista, postfascista, trumpista, nacionalcatólica, neoliberal o mentirosa compulsiva, con todo lo que de lucha contra la Unión Europea (UE), la democracia y los derechos humanos conlleva todo ello.
Esto en nuestro país, pero es que el cómputo general de las elecciones europeas se ha llevado por delante, como mínimo, a la Ilustración francesa y al consenso estatal antinazi y antifascista de Alemania e Italia, respectivamente. Se felicitan los resignados/as por que -dicen- resisten los europeístas, pues el PP Europeo, los Socialistas y Demócratas (S&D) y los liberales de Renew Europa suman la mayoría absoluta (a partir de 361 escaños , la mitad más uno del total de 720) para mantener el gobierno de la Comisión Europea, a cuya Presidencia, la popular Von der Leyen se aferra como clavo ardiendo. Solo por su tibieza con la ultraderechita buena, que, según ella y Feijóo, representa la primera ministra italiana, Georgia Meloni, la alemana debería salir por la puerta pequeña de los políticos cobardes y con el poder como único objetivo. Una presidenta europea, alemana para más inri, elogiando a una postfacista porque mantiene las formas (que no los derechos ni libertades en Italia) debería dejarnos temblando.
La tibieza y coqueteos -consumados, por ejemplo, en España entre PP y Vox- de la derecha democristiana y conservadora con la ultraderecha en todas sus vertientes xenófobas, antieuropeístas, putinistas, trumpistas, machistas u homófobas es la responsable de la Europa que se nos queda esta noche.
La cobardía de la socialdemocracia en su lucha a medias por los derechos humanos (ese pacto migratorio al estilo Meloni, ese belicismo en Ucrania que a Macron le ha salido tan mal, esa tibieza con Israel en Alemania, ese abandono de la lucha prioritaria contra una desigualdad insoportable, esa batalla contra la emergencia climática que, en España sin ir más lejos, implica destrozar Galicia con otra macrocelulosa …) es la responsable de la Europa que se nos queda esta noche, donde un gobierno igual que los anteriores se rodea de una oposición que quiere dinamitar la propia Europa desde dentro.
Las peleas personalistas entre pequeñas izquierdas (de “minorías intensas”, como las llamó Pepe Mujica) que comparten mucho más (programa) de lo que les separa (egos) son responsables de la Europa que nos queda durante cinco años, cercada por una extrema derecha que podría echarse en los brazos de un Trump porno-victorioso en noviembre, para rematar la faena antidemocrática por la que batallan los fascistas del siglo 21 de todo el mundo, bien financiados, bien organizados.
Desconozco cuánto de lección se llevan los protagonistas de estas elecciones, en la Unión Europea, en general, y en España, en particular. De momento, salvo el presidente francés y el primer ministro belga, parece que todos/as creen haber salvado los muebles, lo cual nos dice muy poco de nuestra clase política, pues solo la ultraderecha y los facedores de bulos tienen ahora motivos para la fiesta, con permiso del tal Alvise. Y esa es una realidad muy cruel.
*Filóloga y periodista española.