Mohamed Abí Hassan*
Ciudad Valencia
Continuando nuestra travesía por el controvertido tema de la poesía anti bélica es importante destacar que no hay una guerra idéntica a otra, a pesar de las características comunes que posean. Nos preguntamos: ¿Cómo entender las modernas guerras conformadas por ejércitos numerosos y armas sofisticadas de última generación, contra pueblos indefensos, ocupados y desalojados de su territorio por la fuerza?… tal como sucede actualmente con el pueblo palestino donde en realidad no hay una guerra, sino la aplicación de una política de terror y exterminio total que sobrepasa los límites de lo acontecido en anteriores conflictos bélicos.
Otra cuestión que es importante destacar es que la poesía ha estado siempre a favor de la paz y en contra de la guerra, aunque, lamentablemente, no siempre ha sido así. Al respecto, es oportuno recordar la sentencia expresada hace ya más de 100 años en el Manifiesto Futurista, por Filippo Tomaso Marinetti (Alejandría, Egipto, 1876- Italia, 1944), poeta, escritor, editor, dramaturgo e ideólogo fascista:
“Nosotros queremos glorificar la guerra- única higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las hermosas ideas por las que se muere y el desprecio por la mujer”.
Discurso cargado de odio hacia el humano ser, que nos llama a la reflexión y nos recuerda también el caso de Hitler como posible artista frustrado. En este sentido, dado lo espinoso de la temática tratada, nos planteamos ir un poco más allá del rechazo a la guerra, y señalar, además de las injusticias que la generan y las iniquidades que dentro de ella se cometen, las ganancias exorbitantes de dinero que les produce a personas inescrupulosas que ordenan su ejecución. Lo que se conoce como el negocio de la guerra, hecho nefasto ante el cual el poeta beat Allen Ginsberg reacciona con su poema de largo aliento, Letanía de las ganancias de la guerra*
Allen Ginsberg-declama
Dedicado a Ezra Pound
Estos son los hombres de las compañías
que han sacado dinero de esta guerra
mil novecientos sesenta y ocho
anno domini cuatro mil
ochenta Hebraico
Estas son las corporaciones que
se han beneficiado con el comercio
de fósforo que abrasa la piel o de bombas fragmentadas
en miles de punzantes agujas
Y en esta lista los millones
ganados por cada sociedad de manufactura
y aquí están las ganancias numeradas, catalogadas
desde hace una década
puesta en orden
aquí nombrados los Padres en el gobierno de estas industrias,
teléfonos dirigiendo las finanzas.
nombres de directores,
hacedores de destinos, y los nombres de los accionistas de estos
agregados, predestinados
y aquí están los nombres de sus embajadores en la Capital
representantes ante la legislatura,
esos que se sientan bebiendo
en lobbies de hotel para persuadir
y aparte, enlistados, aquellos que
dejan caer Anfetaminas con
milicias, chismes, discusiones,
y persuaden sugiriendo políticas,
nombrando lenguaje,
proponiendo estrategias,
pagados como embajadores del Pentágono,
consultores militares pagados por su industria
y estos son los nombres de los generales & capitanes militares
quienes es sabido trabajan para
los que manufacturan la guerra
y sobre estos, enlistados, los
nombres de los bancos,
sociedades,
fideicomisos de inversión que
controlan estas industrias;
y estos son los nombres de los
periódicos propiedad de estos
bancos
y estos son los nombres de las
estaciones de radio propiedad de
esas sociedades;
y estos son los números de miles
de ciudadanos empleados
por las empresas nombradas;
y el inicio de este recuento es 1958
y en final 1968,
que el inactivo sea contenido
en una mente ordenada, coherente y definida
y la primera forma de esta letanía comenzó
el primer día de diciembre de 1967
y lleva este poema más allá de estos Estados.
1ro de diciembre, 1967.
Allen Ginsberg
*Luego de la lectura acuciosa de este poema, en el cual su autor, curiosamente, tan solo se limita a nombrar, sin dar más detalles, acerca de las personas, instituciones y ganancias relacionadas con “el negocio de la guerra”, presumimos que el motivo pudo haber sido la censura.
Apuntamos que la irrupción del movimiento literario conocido como Generación Beat en la década de los años cincuenta, supuso una verdadera revolución en el panorama cultural estadounidense. Sus comienzos se sitúan en Manhattan, a finales de 1944, cuando un grupo de jóvenes escritores conformado por Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs, entre otros, se reunieron con la intención de generar un cambio de actitud ante la sociedad convencional establecida, militarista, capitalista y reaccionaria, a través de una posición transgresora de las reglas impuestas, valiéndose para ello de la escritura y de una filosofía contraria a la moral burguesa de la época, de la música, el amor libre, la psicodelia y la poesía.
Finalmente, traemos a colación la anécdota en la que se relata el acontecer histórico en que fue concebido el poema, aparecida en “Conversación de Ezra Pound con Allen Ginsberg”, de Michel Reck. Revista Evergreen, Volúmen 12, No 55, junio de 1968:
«A finales de octubre de 1967, Allen Ginsberg visitó a uno de sus más grandes ídolos: Ezra Pound. Para esos días, el autor de los Cantos (Pisanos) pasaba su tiempo entre Rapallo y Venecia, en un período de su vida en que se encontraba sumido en un profundo silencio, quizá a razón del arrepentimiento por su antisemitismo, quizá por una profunda etapa de autocrítica. El emocionado poeta beat llegó hasta un restaurante, en Venecia, ciudad donde Pound había establecido su domicilio.
Se dice que Ginsberg trató de establecer una conversación contándole al bardo los efectos de su poesía en cientos de corazones y en el mundo. Pound se mostró reacio y autocrítico, aunque respondió las preguntas del poeta de Newark. A lo que Ginsberg cambió el tono y, mirándolo a los ojos, dijo: “Ya le conté lo que vine a decirle. También he venido por su bendición. Ahora, ¿puedo recibirla, señor?
‘Sí’, contestó Ezra, ‘por lo que valga (for what its worth)’».
Y como en un susurro, ya en la puerta, despidiéndolo, le dijo a Ginsberg: “Me hubiese gustado hacerlo mejor.”
*Mohamed Abí Hassan (El Tigre, 1956). Poeta, artista visual y editor independiente. Licenciado en Educación, Mención Artes Plásticas (cum laude), por la Universidad de Carabobo (UC). Ha ejercido la docencia en la UC y en la Universidad Arturo Michelena. Ha sido colaborador en las revistas Poesía y La Tuna de Oro (UC). Primer Premio II Bienal de Literatura Gustavo Pereira, Mención Poesía 2013; Primer Premio IV Bienal de Literatura José Vicente Abreu, Mención Poesía 2016; Primer Premio Concurso Nacional del II Festival 3.0 de Historias Comunales Ramón Tovar (2022).