Las intensas lluvias que se han extendido por más de seis municipios del estado Mérida, afectando a 90 productores y causando pérdidas totales en unas 150 hectáreas, representan una ligera recesión en la actividad económica y productiva de la región andina, principal abastecedor nacional de hortalizas. Sin embargo, expertos aseguran que no se prevé desabastecimiento, sino un leve retraso en la cadena de distribución.
Afectaciones y desafíos en la vialidad
Celso Fantinel, expresidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), señaló que los estados Mérida, Trujillo y Táchira han sufrido afectaciones desde 2020, pero el impacto actual presenta «números resultados negativos» sin precedentes. En las últimas semanas, se han reportado daños en alrededor de ocho municipios, con 200 parcelas parcialmente afectadas y la destrucción de 12 puentes. Esta situación dificulta significativamente el transporte de hortalizas hacia los principales centros de consumo.
«A lo mejor en un viaje tú vas a un pueblo que están alejados de las capitales del estado, a 80 kilómetros (por ejemplo), lo que antes lo hacía en dos horas ahora lo puedes hacer en seis horas porque tienes que dar una vuelta mayor e irte por otras carreteras. Entonces, esas dificultades lo que va a traer a lo mejor es un retraso en la cadena de suministros de hortalizas», explicó Fantinel.
Ausencia de desabastecimiento y patrones de consumo
Fantinel consideró que, aunque pueda haber un retraso puntual, las posibilidades de un desabastecimiento regular de hortalizas son escasas. «De 90 mil hectáreas que están en rotación de hortalizas se ven afectadas alrededor de mil, por eso no creo que vayan a faltar nuestras hortalizas y frutas, pero puede ocurrir que de repente vayas y no consigas esta semana o la que viene zanahoria. No queremos compras nerviosas, creo que no es caso, pero sí hay que ser solidario con todos los que están afectados porque levantarse de una situación económica país va a ser muy difícil para ellos», afirmó.
El expresidente de Fedeagro explicó que el sector también enfrenta desafíos relacionados con los patrones de consumo. «Yo no considero que la afectación vaya a mermar en la distribución de hortalizas porque también tenemos un consumo bastante bajito, la población (hay) cambios en los patrones de consumo, la población se va muchas veces por las harinas y nos deja muchas veces las hortalizas y frutas en los anaqueles», detalló.
Para retomar una cosecha significativa y distribuirla a las grandes capitales, se estima un período de alrededor de seis meses. Algunos agricultores y productores afectados reportan pérdidas irreparables, lo que les impedirá reiniciar su actividad productiva a corto plazo.
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