La República Bolivariana de Venezuela emitió un enérgico rechazo a la reciente alerta de viaje emitida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos (EEUU), calificándola como un acto hostil cargado de «cinismo, racismo y propaganda política».
A través de un comunicado oficial, el Gobierno venezolano denunció que el objetivo principal de esta nueva alerta es «alimentar la campaña de agresión permanente contra nuestro país». Las autoridades venezolanas argumentaron que la acción carece de fundamento y busca deliberadamente generar una imagen de inestabilidad y peligro en Venezuela con fines políticos.
En el documento, Venezuela contraatacó señalando las políticas migratorias de EEUU: «Es el propio gobierno estadounidense quien secuestra, encarcela y desaparece migrantes, incluidos niños venezolanos como Maikelys Espinoza, retenida en su frontera sur, sin justificación ni respuesta oficial, con el claro objetivo de utilizarla como rehén política de la ultraderecha venezolana».
Asimismo, el gobierno venezolano denunció el componente racista implícito en la alerta, al considerar que estigmatiza a la población venezolana y generaliza situaciones puntuales sin reconocer los esfuerzos del Estado por garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.
Finalmente, Venezuela reafirmó su compromiso con la paz y la estabilidad regional. Al mismo tiempo, exigió respeto por su soberanía y rechazó categóricamente cualquier intento de injerencia en sus asuntos internos por parte del gobierno estadounidense.
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