Venezolanos “perdieron el miedo” al Covid-19 tras relajar el confinamiento

En navidad, el gobierno venezolano abandonó sus férreos controles para frenar al covid-19 y las personas se relajaron en las calles, sin tapabocas y sin guardar distancia luego de un año de grandes controles y confinamiento social, esto podría traducirse en una escalada de contagios.

En distintas plazas públicas y comercios del país, hay decenas de personas que se reúnen, juegan, bailan y se fotografían, muchos sin ningún tipo de control.

Liliana Báez, está temerosa en una plaza y con sus controles. «Me parece muy arriesgado porque la enfermedad está en avanzada. No sé de aquí a enero qué nos va a esperar», confiesa esta vendedora de 54 años.

El presidente Nicolás Maduro anunció en noviembre como «regalo» navideño el relajamiento de los controles en diciembre. Casi un mes después, el mandatario reconoció una «subida leve, pero significativa» de contagios.

Las consecuencias, prevé Jaime Lorenzo, miembro de la ONG Médicos Unidos Venezuela, se verán en enero con un «aumento inusitado de casos» en este país con un servicio de salud precario.

«Van a aparecer los números donde hubo esta locura de concentraciones y donde se rompieron los controles», explica el galeno.

Los balances oficiales dan cuenta de unos 110.000 contagios y más de 900 muertes, pero organizaciones como Human Rights Watch cuestionan las cifras por considerarlas aún mayores.

«Perdimos el miedo»

«¡Tapabocas, tapabocas!» retumba en los pasillos del mercado de La Hoyada, en el centro de Caracas, donde ríos de compradores buscan ofertas en una crisis económica donde el dólar ganó terreno.

Adriana Villarroel, 25, se fue hasta allá con los estrenos decembrinos en mente. Los precios, sin embargo, le «asustan» más que el nuevo coronavirus.

«Ya le perdimos el miedo porque muchos en la calle andamos sin tapabocas. Yo, incluso, a veces se me olvida«, comenta Adriana, que en ese momento tenía la nariz descubierta.

Venezuela pasó «de cientos de personas (…) a miles y miles» en las calles y la actividad económica se multiplicó por cinco en lo que va de mes, dijo el martes Maduro.

A María Martínez, de 20 años, se le hace «difícil» exigirle a clientes rebeldes que cumplan con las medidas de bioseguridad, condición del gobierno para que tiendas y demás establecimientos funcionen en pandemia. «Hay gente que llega con el tapabocas acá abajo (en el cuello) y se molestan si tú les dices que se lo suban».

Venezuela, inspirada en China para atacar el covid-19, recluye en hoteles a sus pacientes asintomáticos. «Algunos lo han tomado con mucha madurez«, pero otros «tienen miedo de aislarse», explica a la AFP Tony García, médico líder del grupo.

Sin anuncio formal aún, Maduro ha adelantado que enero podría aplicar «un método más radical» al «7+7». Ante la eventual «mano dura», José Camejo, un plomero de 49 años, se alegra. Es de los pocos con mascarilla en la principal plaza de la populosa favela de Petare.  «Al mismo ciudadano esto se le fue el control».

Texto: AFP

Fotos: Jorge Isaac Jiménez Flores