El Vaticano se encuentra en los preparativos finales para el cónclave que comenzará el 7 de mayo, destinado a elegir al sucesor del fallecido papa Francisco. Operarios instalaron en la Capilla Sixtina la estufa crucial para la quema de las papeletas de votación, así como un falso suelo para nivelar el recinto.
También se dispusieron las mesas de madera donde los cardenales votarán y una rampa para facilitar el acceso a prelados en silla de ruedas. Días antes, los bomberos colocaron la chimenea en el techo de la capilla, la cual emitirá la señal de humo que informará al mundo sobre el resultado de la elección.
El proceso del cónclave se iniciará con una misa en la Basílica de San Pedro, seguida por el aislamiento de los cardenales electores en la Capilla Sixtina. Tras una meditación y el juramento de rigor, se llevará a cabo la primera votación. Para ser elegido papa, un candidato debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos, equivalentes a 89 sufragios de los 133 cardenales esperados.
Si esta primera votación resulta inconclusa, las papeletas serán quemadas, produciendo humo negro como señal de que aún no hay sucesor para Francisco.
Las votaciones continuarán en sesiones matutinas y vespertinas hasta que se alcance un consenso. Después de cada dos rondas de votación sin éxito, las papeletas se queman mezcladas con componentes químicos específicos para generar el humo negro distintivo.
Por el contrario, la elección de un nuevo papa se anunciará con la emisión de humo blanco, producto de la quema de las papeletas con una mezcla diferente de sustancias.
El último cónclave, en 2013, culminó con la fumata blanca tras cinco votaciones, presentando al mundo a Jorge Mario Bergoglio como el papa Francisco.
Mientras los preparativos logísticos avanzan, los cardenales participan en encuentros informales y privados para deliberar sobre los desafíos futuros de la Iglesia y el perfil del próximo líder. La atención global se centra ahora en el 7 de mayo, fecha en la que comenzará formalmente el cónclave en la Capilla Sixtina, marcando un momento crucial para el futuro de la Iglesia Católica.
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