Rusia habría empezado a aplicar una nueva táctica contra Ucrania, consistente en enviar una abultada cantidad de drones kamikaze a los objetivos urbanos, con el objetivo de saturar las defensas aéreas.
Este método, al parecer, ha sido empleado en la ciudad sureña de Odesa, donde al menos 18 explosiones se pudieron escuchar en la noche del jueves.
Se sabe que estos ataques derivaron en incendios de gran magnitud que afectaron visiblemente infraestructuras civiles, entre los que están incluidas varias tiendas, un centro comercial, un bloque de viviendas y un cementerio. Sobre el balance de pérdidas humanas, solo se tiene constancia de tres adolescentes heridos.
«Los drones golpearon cerca de nuestra casa. Fue realmente aterrador (…) Es una zona muy densamente poblada, y fue un milagro que no alcanzara más casas o supermercados abarrotados», aseguró Anastasia Dolnik, a la agencia de noticias EFE.
No obstante, en estas zonas, que han representado un interés militar para Rusia desde el inicio del conflicto, muchos lugareños se han acostumbrado a las agresiones constantes e incluso han desarrollado métodos de vigilancia para estar alertas ante nuevos bombardeos.
Con información de EFE.