Los seis jueces a favor son de la mayoría conservadora, mientras que tres juezas progresistas han presentado votos particulares discordantes.
El presidente del Tribunal Supremo y autor de la sentencia, John Roberts, dijo que este caso conlleva el peso de intensos debates científicos y políticos sobre la seguridad, la eficacia y la idoneidad de los tratamientos médicos.
Sostuvo que la función del Tribunal no es “juzgar la sensatez, la equidad o la lógica” de la norma, sino solo garantizar que la ley no viole el derecho a la igualdad.
“Y no lo hace. Por lo tanto, las cuestiones relativas a la política de la ley se dejan, como corresponde, en manos del pueblo, sus representantes electos y el proceso democrático”, dijo. Con información de ADP/Elpaís