¡Mamá me van a raspar la materia, tenía que entregar una tarea el viernes pero el mensaje llegó hoy! La angustia de los estudiantes

Valeria. Foto María Torres

Exclusiva de www.sandyaveledo.com

Hemos reseñado la preocupación que hay entre docentes y representantes por no contar con las herramientas para cumplir con el año escolar on line, pero algunos no se habían preguntado que sienten los alumnos.

Valeria, una joven de 14 años, responsable, buena estudiante, nos hizo ver esta realidad al gritar con angustia luego de recibir un mensaje en su celular “Mamá me van a raspar la materia, había que entregar una tarea el viernes pero ahorita fue que llegó el mensaje”, era domingo en la tarde.

La joven vive en una zona con cobertura de telefonía e internet deficiente, casi nula, en Guacara, estado Carabobo, y las comunicaciones se hacen difícil.

 

Es la hija mayor de Josefina Flores, quien al ver la angustia de la joven le prometió que hablaría con la profesora para que le recibiera el trabajo el lunes.

Nos explicó que esto de las clases a distancia ha sido un problema, primero el colegio comenzó tarde y ahora como que quieren ponerse al día y mandan muchas tareas, luego está el problema de que ella trabaja y no puede ayudar a su hija como quisiera.

Lo que ha hecho, cuando tiene gasolina, es llevarse a su hija al trabajo para que use el internet y el wifi, puede hacerlo porque es una empresa familiar. También nos confesó que el gasto en celular ha sido muy alto porque todos los teléfonos tienen que tener full megas y las tarifas han aumentado.

 

“Nosotros lo podemos hacer, pero muchos padres no porque sólo ganan para comer”, manifestó.

Aún tomando esas previsiones se consiguen con otro problema, el de los cortes eléctricos. “Nos ha pasado que cuando nos llega el mensaje de la maestra con la tarea se va la luz, y cuando llega ya son más de las 11 de la noche y la directora nos dijo que no molestáramos después de las 10”.

 

Le preocupa también que sin querer a veces maltrata verbalmente a su hija, porque con la angustia que la joven vive tiene que hablarle fuerte para que entienda que no es su culpa lo que está pasando.

 

Ese día era domingo, estaba en casa de una tía que estaba cumpliendo año. La joven estaba tranquila disfrutando hasta que llegó el mensaje.

 

Flores nos habló del caso de otra madre que no tiene celular inteligente. Tuvo que dar en el colegio el teléfono de una tía, pero ella trabaja y hasta que no se desocupa no puede comunicarse para darle los detalles de la tarea a su sobrina. La familia se preocupa pero no tienen recursos para comprar un aparato nuevo.

 

“Los docentes, los padres, los niños sufren esta situación y parece que a ninguna autoridad le importa, sólo están pendiente de las elecciones, de que las máquinas funcionen y la gente vaya a votar”, manifestó Flores.