Israel lanzó el jueves un ataque masivo contra Irán, bombardeando «decenas de objetivos» relacionados con el programa nuclear iraní y otros puntos militares. El «ataque a gran escala» causó la muerte del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Hossein Salamí y de varias personas más, entre ellos el máximo responsable de la Fuerza Aérea, el comandante Amir Ali Hajizadeh. Los medios iraníes informan también de la muerte del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general Mohamad Hosein Baqerí. Al menos otros seis científicos nucleares iraníes también murieron por el efecto de las bombas israelíes.
Según el Gobierno de Israel del primer ministro Benjamin Netanyahu, el ataque contra Irán es una operación «ofensiva, preventiva, precisa y combinada, basada en inteligencia de alta calidad». El primer ministro israelí informó de que el ataque ha golpeado al programa nuclear iraní —que tendría «suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar nueve bombas atómicas»—, «a los principales científicos» presuntamente involucrados en una supuesta bomba nuclear y a su «programa de misiles balísticos».
En los ataques, la aviación israelí destruyó decenas de radares y lanzaderas de misiles tierra-aire, informaron las fuerzas armadas. «Decenas de aviones del Ejército completaron la primera etapa, que incluyó ataques contra decenas de objetivos militares, incluyendo objetivos nucleares en diferentes zonas de Irán», añadió un comunicado del Ejército israelí.
Para justificar el ataque, un portavoz militar israelí dijo que durante años Israel ha monitorizado Irán y que recientemente se han dado «avances significativos» en su capacidad para desarrollar una bomba nuclear. Según esta fuente, Irán posee material «suficiente para 15 bombas nucleares».
Otros de los motivos citados para justificar el ataque fueron los millares de misiles balísticos que aún posee Irán y que, según Israel, suponen parte de la «amenaza existencial». El Ejército israelí cita, además, la colaboración de Irán para armar a facciones regionales que después atacan a Israel, en referencia a los hutíes en Yemen o a Hizbulá en Líbano.
Muerte de la jefe de la Guardia Revolucionaria
El ataque israelí acabó con la vida del jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), general Hosein Salami, entre otras autoridades.
La Guardia Revolucionaria confirmó la muerte de Salami en un mensaje recogido por la agencia de noticias IRNA, poco después de que el portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Abolfazl Shekarchi, haya declarado al mismo medio que «varios comandantes han sido martirizados» y haya asegurado que Israel «pagará un gran precio» por los ataques.
«No hay motivo para preocuparse en el país, y el régimen sionista y Estados Unidos pagarán un alto precio y recibirán una fuerte bofetada», afirmó un portavoz de la Guardia Revolucionaria, denunciando que «se han atacado zonas residenciales, lo que es una señal de la humillación del enemigo, que no puede hacer frente al país».
Además de Salami, los ataques israelíes habrían acabado con la vida del comandante de la compañía de ingeniería de la Guardia Revolucionaria, Gholamali Rashid; así como de los científicos nucleares, el presidente de la universidad islámica Azad, Mohamad Tehranchi, el exjefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Fereydoon Abbasi, según han anunciado múltiples medios iraníes, entr ellos Press TV e IRNA.
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Las muertes de los mandos iraníes trascendieron tras registrarse explosiones en las instalaciones de la planta nuclear de Natanz, la más importante de Irán, en el centro del país y a unos 300 kilómetros al sur de Teherán. El Ejército israelí confirmó haber causado «daños significativos» en esta planta de enriquecimiento de uranio.
A media mañana de este viernes, medios israelíes aseguraban que Israel estaba atacando el aeropuerto militar de Tabriz, uno de los más importantes de Irán, obligando a las autoridades aeroportuarias iraníes a suspender hasta nuevo aviso todos los vuelos con salida o destino al aeropuerto Imán Jomeini, así como en los de Tabriz y Khandab, ambos en el noroeste del país, y Khorramabad, en el sudoeste.
Irán lanza un centenar de drones contra Israel
En respuesta al ataque, Irán lanzó a primera hora de este viernes un centenar de drones contra Israel. La mayoría fueron interceptados antes de llegar a territorio israelí. El Ejército afirmó a las 11.00 horas tener «bajo control» los drones lanzados desde Irán. «Temporalmente, la amenaza de los drones está bajo control, lo que nos permite poder avisar a los civiles israelíes con suficiente antelación para que se refugien», señaló una fuente militar.
«La amenaza (de los drones) sigue en marcha», advirtió la misma fuente oficial militar israelí, ya que, aunque la mayoría de los drones han sido interceptados por la aviación, algunos pueden aún hacer sonar las alarmas en el país.
Netanyahu: «El ataque durará lo que sea necesario»
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en un discurso en vídeo difundido en X que la operación militar «continuará durante tantos días como sea necesario para eliminar la amenaza» iraní y ha asegurado que «nunca más» —un lema con el que los judíos denuncian el Holocausto— «es ahora».
Durante su intervención, Netanyahu agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «su liderazgo a la hora de hacer frente al programa de armas nucleares de Irán». Sin embargo, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, negó la implicación de Washington en los ataques, asegurando que forman parte de una «acción unilateral» de su aliado en Oriente Próximo.
«Graves implicaciones para la seguridad nuclear»
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha recordado que ataques como el de este viernes de Israel a Irán tienen «graves implicaciones para la seguridad nuclear» y suponen una violación de las normas de la ONU sobre acciones armadas contra instalaciones atómicas.
«Este acontecimiento es muy preocupante. He afirmado en repetidas ocasiones que las instalaciones nucleares nunca deben ser atacadas, independientemente del contexto o las circunstancias, ya que podría perjudicar tanto a las personas como al medioambiente», afirmó el director general del OIEA, Rafael Grossi.