Lyle y Erik Menéndez, encarcelados por más de 35 años, estaban condenados a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional. Ahora, el juez Michael Jesic modificó la pena a entre 50 años y cadena perpetua. Esto les permitirá solicitar una audiencia para su posible liberación.
Arrepentimiento y esperanza de libertad
Aunque el proceso de libertad condicional podría llevar años, el juez Jesic expresó optimismo. «Creo que han hecho lo suficiente en estos 35 años como para que algún día tengan la oportunidad de salir en libertad», afirmó.
Al finalizar la audiencia, Lyle mostró «profunda vergüenza». Erik asumió total responsabilidad por el crimen y se disculpó. Familiares testificaron sobre su transformación.
La audiencia es resultado de años de esfuerzo familiar. Su prima Anamaria Baralt celebró que sus palabras fueran escuchadas. El caso revivió por una serie de Netflix, generando una nueva perspectiva.
Tras dos juicios, los hermanos fueron culpables del asesinato de Kitty y José Menéndez en 1989. Alegaron haber sufrido abusos por su padre.
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