José Mujica, expresidente de Uruguay, falleció este martes a los 89 años de edad, anunció el actual, presidente Yamandú Orsi. “Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica”, escribió en la red social X. “Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, agregó. El pasado domingo, en las elecciones departamentales uruguayas, Mujica no pudo ir a votar por su delicado estado de salud, se encontraba en cuidados paliativos debido a un cáncer terminal. Fue el propio Mujica quien en abril de 2024 reveló que padecía cáncer de esófago, mal que superó luego de un intenso ciclo de radioterapia. Sin embargo, en enero de este año el veterano político reveló —sin vueltas ni paños tibios— que el tumor había hecho metástasis en el hígado y que no había nada que hacer. “Estoy condenado, hasta acá llegué”, dijo.
Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Uruguay. Pepe Mujica emergió de una infancia humilde para convertirse en uno de los líderes más queridos y respetados de América Latina.
Desde joven, Mujica fue testigo de las desigualdades que afectaban a su país, lo que lo llevó a involucrarse en la militancia política. Su nombre se hizo conocido en la década de 1960 cuando se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), una guerrilla urbana que luchaba contra la dictadura y la represión en Uruguay.
Como miembro de los Tupamaros, Pepe Mujica participó en varias acciones armadas, lo que lo llevó a ser arrestado en varias ocasiones y a pasar casi 15 años en prisión, muchos de ellos en condiciones extremadamente duras, incluyendo largos períodos en aislamiento.“Después de la pena de muerte, la soledad es uno de los castigos más duros”, solía decir Mujica al reflexionar sobre esos años de encierro y sufrimiento.
Tras la restauración de la democracia en Uruguay en 1985, Mujica dejó las armas para integrarse a la política formal. Su carisma y su conexión con el pueblo le permitió ascender rápidamente en las filas del Frente Amplio, una coalición de izquierda que representaba sus ideales. En 1994 fue elegido diputado, y en 1999, senador. Finalmente, en 2009, fue electo presidente de Uruguay, cargo que ocupó entre 2010 y 2015.
Como presidente, Mujica implementó políticas progresistas que pusieron a Uruguay en el mapa mundial.
A lo largo de su vida, Mujica no estuvo solo. A su lado, en lo personal y en lo político, siempre estuvo su gran amor y compañera. Lucía Topolansky, que también integraba el MLN-T, y conoció a Mujica en la década de 1970. “Unimos dos utopías. La utopía del amor y la utopía de la militancia”, comentó Lucía en el documental El Pepe una vida suprema.
A lo largo de su carrera, Topolansky ocupó importantes cargos, entre ellos el de senadora y vicepresidenta de la República, lo que la convirtió en una de las mujeres más influyentes del país. La relación con Mujica fue más allá de lo personal, formando una pareja política que compartió ideales, luchas y un estilo de vida austero. Juntos, fueron un símbolo de compromiso con las causas sociales y la izquierda del país sudamericano.