India lanzó ataques con misiles contra Pakistán a primera hora del miércoles, calificándolos como una represalia por la reciente masacre de turistas indios. Pakistán, por su parte, denunció los ataques como un acto de guerra, reportando la muerte de más de dos docenas de personas, incluyendo niños.
El Ministerio de Defensa indio afirmó que los ataques tuvieron como objetivo al menos nueve ubicaciones «donde se han planeado ataques terroristas contra India». Por su parte, el ejército paquistaní informó que los misiles impactaron seis lugares en la Cachemira administrada por Pakistán y en la provincia oriental de Punjab.
Pakistán también afirmó haber derribado varios aviones de combate indios. Se confirmó el estrellamiento de dos aeronaves en la Cachemira controlada por India y una tercera en el estado de Punjab, en India.
Además, se reportó un intenso intercambio de fuego transfronterizo, que finalizó con la muerte de al menos siete civiles en la región por disparos de artillería paquistaní, según fuentes policiales y médicas indias.
La escalada se produce tras un ataque en abril donde murieron 26 personas, mayoritariamente turistas hindúes indios, en la Cachemira controlada por India, un hecho que tensó aún más las relaciones entre las potencias nucleares.
India acusó a Pakistán de respaldar dicho ataque, reivindicado por el grupo Resistencia de Cachemira, presuntamente vinculado a Lashkar-e-Taiba, un grupo paquistaní disuelto. Islamabad negó cualquier implicación.
El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, condenó enérgicamente los ataques y advirtió que su país tomaría represalias, afirmando que «Pakistán tiene todo el derecho de dar una respuesta contundente a este acto de guerra». El Comité de Seguridad Nacional de Pakistán se reunió de urgencia y declaró que se reserva el derecho a responder «en defensa propia».
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a la máxima moderación, mientras que China también hizo un llamado a la calma.
En India, el primer ministro Narendra Modi convocó una reunión especial del Comité de Seguridad del Gabinete y pospuso un viaje oficial programado. Varios estados indios realizaron simulacros de defensa civil.
Los ataques causaron escenas de pánico y destrucción. Pakistán informó que al menos 26 personas murieron y 38 resultaron heridas en los ataques con misiles, y otras cinco personas fallecieron en los posteriores intercambios de fuego.
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