Comprar los regalos: un gran dolor de cabeza para los padres venezolanos

Uno de los regalos más esperados para cualquier joven aficionado a los videojuegos es la Playstation 5, una consola que promete gráficos y velocidades nunca antes vistas en el universo “gaming” y que en Venezuela es incomprable para casi todo el mundo.

En Venezuela es un lujo y un regalo imposible, cuyo precio oscila entre 1.300 y 1.500 dólares, superando en tres veces al precio “real” en Estados Unidos o Europa, que puede ser de $400.

En Venezuela 1.500 dólares también pueden servir para comprar una moto nueva o un vehículo usado en buen estado y hasta quizás una nevera de alta gama.

A pesar de la crisis económica en el “centro de la tecnología” de Caracas, un edificio de varias plantas con decenas de tiendas especializadas en dispositivos electrónicos, una vendedora que prefiere el anonimato explica a EFE que ha vendido varias consolas de videojuegos desde que comenzó el mes de diciembre.

Pocas de ellas son Playstation 5, aunque algunas con precios que superan los 400 dólares pese a ser “viejas”. Este dato no deja de sorprender a la mujer, que reconoce que la crisis de Venezuela se entierra con los miles de dólares que se venden cada día en ese centro comercial.

Días antes de la Navidad, una pareja busca en Caracas el “regalo ideal” para un pequeño sobrino, un niño al que le gustan las bicicletas y los autos eléctricos de juguete, que alguna vez fueron populares en el país.

El equipo de EFE pudo constatar que las bicicletas para niños superan los 100 dólares, mientras que los carros eléctricos se venden por 250 unidades de la divisa norteamericana.

Pero otros tienen más suerte, como las hijas de dos y siete años de la venezolana Bethania Araque, quienes podrían, si entendieran la situación que atraviesa su país, considerarse afortunadas. Y es que las pequeñas no solo recibirán regalos esta Navidad, sino que obtendrán los que pidieron al “Niño Jesús».

La mayor tiene sus prioridades muy claras. Ella quiere un teléfono y un aro de luz, «eso más o menos me lleva entre 200 y 300 dólares”, dice Araque a EFE sobre su primogénita, fanática de la red social Tik Tok.

La mujer de 28 años apunta que trabaja “en la industria de la gasolina”, un recurso que hace apenas meses era casi regalado en Venezuela y ahora se vende en un engorroso sistema de subsidios que mantiene a los consumidores en largas filas que pueden prolongarse un par de días. Y quienes prefieren hacer colas de horas y no de días, pagan la gasolina a “precio internacional”, es decir, 0.50 dólares por litro.

En total, la mujer estima que gastará cerca de 600 dólares en los regalos de sus hijas, dos niñas que, reconoce, tienen suerte.

“Es por mi trabajo (que puedo gastar ese monto)”, explica casi con vergüenza, como si fuera su responsabilidad la crisis que mantiene vacíos los bolsillos de los venezolanos. “Hay otras personas que no llegan ni siquiera a 100 (dólares para regalos), tengo mucha gente cercana que no tiene para hacerle regalos a sus hijos”, dice.

Algunos de los que no recibirán los regalos que desean prefieren dar vuelta a la situación y ser ellos el “Niño Jesús” de sus seres queridos.

Como la joven Rojas, que sueña con una Playstation 5 que, al menos este año, no recibirá. Así, será ella quien entregue regalos sencillos a sus familiares, pasando por el tamiz que impone la crisis a la mayoría de los venezolanos.

“Una crema (corporal), un splash“, dice a EFE que regalará a su madre, una pensionada del oeste de Caracas. No es el que hubiera querido, explica, pero queda conforme, porque, en estos casos, la intención cuenta mucho más que el regalo.

Con información de EFE